Este artículo sobre la felicidad femenina en el siglo XXI no pretende ser ni la única ni la mejor visión de este tema. Es una visión personal y sólo pretende poner un grano de arena sobre este tema a propósito del Día Internacional de la Mujer.
Comencemos por saber qué es la felicidad, según el rae, se define como «Estado de grata satisfacción espiritual y física»
Según el psicólogo Martin Seligman, la felicidad es el momento en el que nuestra vida satisface plenamente nuestras necesidades. Se siente satisfacción total, se percibe que la vida es como debe ser. La felicidad perfecta, la iluminación, viene cuando todas nuestras necesidades están totalmente cubiertas.
Según Selingman, habría 5 tipos distintos de felicidad:

- Emociones positivas o vida placentera.
- Compromiso o vida comprometida.
- Relaciones.
- Significado o vida significativa.
- Éxito y sentido de logro.
En el siglo XXI, la felicidad femenina ha experimentado una gran transformación. El empoderamiento de la mujer es un tema que ha cobrado importancia en los últimos años y hay una mayor concientización sobre el papel que las mujeres desempeñan en la sociedad. Sin embargo, aún hay mucho que hacer para alcanzar igualdad de género y que las mujeres se sientan realmente felices.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la felicidad femenina no es un concepto uniforme ni se define de la misma forma para todas. Cada mujer es única y sus circunstancias personales influyen en su nivel de felicidad. Por ello, es importante que se cree un entorno en el que cada mujer pueda desarrollar sus talentos y alcanzar sus objetivos personales, profesionales y laborales, sin importar su origen, su edad o su estatus económico – social.
Además, es fundamental que se impulse el empoderamiento de la mujer, especialmente en la educación. Debemos asegurarnos de que todas las mujeres tengan acceso a una educación de calidad, con oportunidades iguales para obtener empleos decentes, que proyecten sus carreras profesionales y laborales y tener una vida plena.
También hay que tener en cuenta el papel que desempeña la cultura en la felicidad femenina. Los estereotipos de género y la discriminación pueden hacer que las mujeres se sientan menos felices y menos motivadas. Por lo tanto, es necesario cambiar la forma en que la sociedad percibe a las mujeres para que se sientan más libres y seguras.
Por último, es importante que las mujeres cuenten con el apoyo de sus familiares, amigos y compañeros de trabajo para lograr una vida feliz y satisfactoria. La sociedad en general y el círculo cercano de cada mujer en particular debemos actuar a favor su felicidad y desarrollo personal, profesional y laboral. La solidaridad femenina (sororidad) es una herramienta poderosa para combatir la desigualdad y fomentar la felicidad.
Cada vez más los centros de encuento de mujeres que les proporcionan no sólo sororidad sino, además ese impulso que desarrollas todas sus habilidades, en las que comparten experiencias que les permiten el autoconocimiento y les abren un mundo de posibilidades para encaminarse a aquello que anhelan.
En conclusión, la felicidad femenina en el siglo XXI no solo depende de la mujer, sino también del entorno en el que vive. Es necesario evolucionar para crear un mundo en el que las mujeres se sientan seguras, respetadas y felices para desarrollarse y superarse en todos los aspectos de su vida.