Delegar, según el diccionario de la Real Academia Española se define como:

Y conferir lo define como: «tr. Conceder, asignar a alguien dignidad, empleo, facultades o derechos.»
Cuando delegas ¿Qué es lo que haces?, ¿Qué es exactamente lo que confieres?, ¿Sólo confieres la acción que implica hacer una tarea?, ¿Sólo pides que se haga algo y ya?, ¿Qué haces cuando lo que delegaste no resulta como tu quieres?
De acuerdo a las definiciones anteriores al delegar no sólo se concede el empleo, la acción sino que además de conceden las facultades y derechos. Para hacer esas concesiones el sentido común nos dice que se requiere confianza en la persona en la que se delega y auto confianza, confiar en que se seleccionó a la persona correcta para delegar la tarea.
Tal vez alguna vez cuando delegaste una tarea dijiste cómo hacerla, qué pasos seguir y qué resultado querías y con esto creíste que habías explicado perfectamente qué hacer pero lo que explicaste fue el camino esperado, la ruta ideal, no dijiste que en el camino podría presentarse la necesidad de tomar una decisión y claro, la persona en la que delegaste se enfrentó a una disyuntiva y ¡Tomó la decisión equivocada!, ¿Qué hiciste?
Al delegar se concede:
- Llevar a cabo la tarea
- La toma de decisiones al realizar la tarea
- La responsabilidad de la tarea
- El resultado de la tarea
Si no concedes alguno de los puntos anteriores realmente no estarías delegando. Es más común de lo que nos gustaría que cuando alguien delega una tarea y el resultado no es el esperado la persona que delega termina haciendo o rehaciendo la tarea, es decir que asume la responsabilidad anulando por completo a la persona en la que delegó lo cual es síntoma inequívoco de que no delego y termina relegando.
Tomar decisiones es algo que quien está haciendo la tarea debe enfrentar y hacer tomando riesgos y asumiendo responsabilidades porque de otra manera no está aceptando la delegación de la tarea.
El resultado de la tarea sea exitoso o no, debe ser de quien la hizo por que es responsable tanto de la elaboración como de la toma de decisiones, así que quien delega concede no sólo el resultado sino el derecho de compartir el éxito o el fracaso.
Claro está que el delegar no es olvidarse de la tarea, dar seguimiento es primordial pero dar seguimiento refuerza lo que ya se concedió, no lo limita ni lo niega.
Delega, no relegues. Es parte de tu liderazgo.
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